Catedral

La época dorada de Cádiz en el siglo XVIII, gracias al monopolio del comercio americano, requirió un ambiente adecuado para las celebraciones litúrgicas que la antigua Catedral de Santa Cruz, a pesar de su venerable antigüedad, ya no podía ofrecer. Así fue como, con el apoyo económico de los cargadores de Indias, se inició la construcción de una grandiosa obra arquitectónica, proyectada por Vicente Acero en 1722.

La genialidad del autor consiste en haber logrado dar un aire de originalidad a la obra, al combinar la tradición arquitectónica española con las formas barrocas italianas. De esta forma la planta de origen gótico con un potente ábside coincidió con el rico movimiento de las líneas propias de los arquitectos italianos de la época.

La construcción, por el tamaño de la empresa y el ritmo de las obras, siempre condicionada y en ocasiones suspendida por intercambios comerciales, fue sometida a varios proyectos que modificaron los planos originales, de hecho el templo fue consagrado en 1838. los cambios, Cabe destacar el gusto neoclásico que con el paso del tiempo se empezó a imponer, aunque el espíritu de Vicente Acero domina todo el proyecto. Estos cambios de estilo se han mantenido evidentes en las zonas altas de la Catedral: cúpula, torres y coronación de la fachada principal.

El templo tiene forma de cruz latina con tres naves, absidiolo y capillas laterales. Las naves están separadas por pilares elípticos con columnas corintias estriadas en los extremos. La fachada principal, enmarcada por dos grandes torres que aumentan su anchura, se divide en tres tramos. La zona central alberga la entrada principal de mármol blanco.

Las torres octogonales están formadas por tres cuerpos: el primero de estilo barroco y los otros dos de estilo neoclásico. La cúpula, situada sobre la cruz, destaca por el color amarillo de los azulejos vidriados, sobre cuya base se levantan las esculturas de los cuatro evangelistas.

En su interior hay 16 capillas, entre las que destaca la de San Sebastián, que conserva una pintura que lo representa, de 1621 y del genovés Andrea Ansaldi; la capilla de San Servando y San Germán, que conservan esculturas barrocas representativas de los propietarios, de 1687, son obra de Luisa Roldán, conocida como la Roldana; la capilla de Santa Teresa que exhibe el tabernáculo de la procesión del Corpus Christi, realizado en plata entre 1649 y 1664 por proyecto de Alejando Saavedra y la capilla mayor que tiene un templo neoclásico de planta circular, realizado en mármol de colores y bronce dorado, que sigue el proyecto de 1790 de Manuel Machuca.

En particular, cabe destacar la cripta, proyectada por Vicente Acero y finalizada en 1726, se organiza en torno a un espacio circular, cubierto por una bóveda plana, desde la que se abren algunas dependencias. El conjunto está presidido por un espacio rectangular con hornacinas para entierros en el que, en el muro de cabecera, se encuentra un altar genovés de mármol del siglo XVII con la imagen de la Virgen del Rosario en mármol blanco y en estilo barroco de alta calidad. al escultor italiano Alessandro Algardi. Además de los obispos de la diócesis, también están enterrados en la cripta Manuel de Falla y José Maria Pemán, personajes ilustres de Cádiz.