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Monuments and places of interest
Dando un paseo por el Callejon del Tinte, en el casco antiguo de Cádiz, si miramos los imponentes balcones que adornan la calle, observaremos un aspecto poco común en las balconadas del resto de Cádiz y de España. La curiosidad está en la forma de los balcones. Abombados y estéticos, obedecen en su estructura no a estilos arquitectónicos o modas. Su forma viene definida por el vestir de la época. Y es que esa forma obedece a un gusto caprichoso en el vestir de finales del siglo XVIII y XIX.
La ciudad de Cádiz cuenta con muchas características que la hacen genuina, una de las más llamativas para el visitante es el adorno de las esquinas de sus calles con guardacantones (o chapas metálicas) y cañones.
Su origen estriba en la necesidad de salvaguardar los cimientos de las fincas por donde años antes rozaban los ejes de los carromatos en las estrechas calles gaditanas.
Cádiz, asaltada innumerables veces a lo largo de su historia, hizo acopio de cañones rescatados de naufragios, que reutilizó posicionándolos en las esquinas de las vías.
En 1786, en la calle Buenos Aires, la familia Brum funda la primera confitería de España en Cádiz.
En el siglo XIX, se pone muy de moda viajar y España se convierte en un pais de referencia para los escritores románticos, entre ellos Gustave Doré. Le llamó la atención la cantidad de confiterías que había en la ciudad y los selectos productos que se ofertaban. Estas confiterias proliferan porque Cádiz, en el siglo XVIII y XIX, fue un exponente perfecto de ciudad ilustrada.
La plaza de Fray Félix, lugar donde se ubica la Catedral Vieja de Cádiz, zona reconocida por su solera y antigüedad, posee al igual que otras partes del casco antiguo un empedrado muy particular. En contraposición al moderno adoquinado y enlosado de las calles, esta plaza posee un conjunto de piedras irregulares, de distinto color y tamaño, pero todas con unas características comunes que son su redondez y origen.
La importancia de la ciudad de Cádiz en la historia naval española es un hecho conocido. La creación de la Academia de Guardias Marinas en el barrio del Pópulo en 1717 propició que las figuras más relevantes del panorama marítimo a nivel nacional y europeo se instruyeran en Cádiz, en una época, el siglo XVIII en la que el mundo estaba en constante expansión y descubrimiento a través de los mares.
Para narrar la curiosa historia de los “Duros antiguos” tenemos que viajar hasta el año 1827, cuando el pirata gallego Benito Soto Aboal se amotina contra su capitán del bergantín español “El defensor de Pedro” para hacerse con el navío y así poder asaltar a otros buques. Es así como Benito Soto toma al abordaje capitaneando “El defensor de Pedro”, navíos como el mercante inglés “Morning Stars” o la fragata estadounidense “Topacio” y hasta cinco buques más, de los que pudo obtener sustanciosos tesoros.
El origen de la popular expresión “Viva la Pepa” se sitúa en las Cortes de Cádiz de 1812. La coincidencia de la proclamación de la Constitución con el día de San José, 19 de marzo, le dio nombre a la primera Carta Magna española. La primera Constitución redactada en Cádiz abolió el antiguo Régimen y unió a los españoles de ambos hemisferios, de Europa y América, bajo la libertad del primer compendio de leyes que igualaban a todos los hombres de la Nación.