Iglesia de Santa Cruz (Catedral Vieja)

La Iglesia de Santa Cruz o Catedral Vieja es el templo con más historia de la ciudad y la tradición cuenta que fue construida en el sitio de una antigua mezquita musulmana. Fue construida a instancias de Alfonso X el Sabio y fue erigida como catedral en 1263, ya que el Rey Sabio había manifestado su deseo de ser enterrado en ella, aunque esto no sucedió.

El edificio original, de estilo gótico-mudéjar con tres naves y artesonado, sufrió una primera modificación en 1572. El posterior ataque angloholandés de 1596 dañó gravemente el edificio a causa de un incendio. La necesaria reconstrucción de 1606 sirvió para ampliar el templo, con planta de sala (Hallenkirche) y falsa cruz, dividida en tres naves por columnas toscanas que sostienen un arco de medio punto.

El exterior es muy sencillo y este sentimiento se refuerza al haber sido privado de la monumental fachada lateral, cuyos elementos se utilizaron en la decoración de la Catedral Nueva. Los únicos elementos decorativos son los tres escudos ubicados en el arquitrabe con los emblemas de los Reyes Católicos, la catedral y el obispo García de Haro. La torre, separada del edificio de la iglesia y anexa al edificio de la Contaduría, tiene una planta rectangular rematada por una aguja poligonal, cubierta con cerámica vidriada.

En el interior destaca el retablo mayor, una de las joyas de la escultura barroca de Gaditana. Realizado en madera dorada, fue diseñado y ejecutado en 1640 por Alejando de Saavedra, mientras que la decoración escultórica es de Alonso Martínez y se realizó en 1658. Tiene un solo cuerpo dividido en 5 bandas de pilares estriados y columnas. La banda central destaca gracias a las columnas retorcidas y tiene forma de hemiciclo con doce hornacinas que albergan el apostolado.

También son muy famosas las decoraciones florales y la iconografía de la capilla genovesa, en torno a un retablo de mármol de colores de 1671 y en el que destacan las figuras de San Lorenzo, San Jorge, San Bernardo y San Juan Bautista. Esta capilla tiene un crucifijo de madera muy prestigioso de principios del siglo XVII.

En cuanto al resto de capillas, cabe mencionar las imágenes de las cofradías del Cristo del Mayor Dolor y del Perdón, así como las de Soledad y Santo Entierro; todo de gran tradición en la ciudad.

Destaca también, en una de las salas de entrada originales de la capilla del Sagrario, un retablo rococó en madera dorada presidido por la imagen de San Antonio de Padua, un monumento de madera policromada, obra de Luisa Roldán, llamado la Roldana. de finales del siglo XVII.