Iglesia de San Agustín
Construida en la primera mitad del siglo XVII, la iglesia de San Agustín tiene planta de cruz latina, insertada en un rectángulo de tres naves. La nave principal tiene cinco tramos, separados por pilastras toscanas y sobre las naves laterales, se organizan las gradas abiertas a la principal a través de los balcones.
En la fachada principal hay un frontispicio de mármol, encargado en Génova por Sancho de Urbanibia en 1647, cuyas líneas parecen seguir un modelo de Alejandro Saavedra. Está estructurado en dos cuerpos: el primero de pilastras encajadas contra el muro y rematado por un tímpano curvo quebrado que alberga el segundo cuerpo, en el que aparece en el centro una hornacina con la imagen de San Agustín.
El interior es muy sobrio, fruto de una sustancial reforma neoclásica, aunque quedan algunos vestigios de decoración barroca. El retablo mayor, con sus elegantes formas académicas, fue creado a partir de 1783 por Pedro Ángel Albisu. Está realizada en madera policromada, decorada con imitación mármol y en los laterales hay pinturas de Álvarez Enciso que representan escenas de la vida de Santa Rita y San Agustín, así como esculturas de santos, realizadas por Alonso Martínez en 1666.
En el interior destacan algunas imágenes como la del Cristo de la Humildad y Paciencia, escultura de Jacinto Pimentel de 1638, con una policromía que probablemente sea obra de Francisco de Zurbarán.
De gran importancia es también la escultura del Cristo de la Buena Muerte, un crucifijo en madera policromada, realizado en 1649, para presidir la capilla sepulcral de los monjes del convento al que pertenecía la iglesia. El perfecto estado anatómico y el barroquismo compositivo de esta obra la hacen considerada una de las esculturas españolas más importantes del siglo XVII.
Lunes a domingo: de 9.30 a 12h y de 19 a 20.30h
Misa:
Lunes a domingo: 10h y 20h
Domingo y festivo: 10h, 12h y 20h