La ciudad de Cádiz cuenta con muchas características que la hacen genuina, una de las más llamativas para el visitante es el adorno de las esquinas de sus calles con guardacantones (o chapas metálicas) y cañones.
Su origen estriba en la necesidad de salvaguardar los cimientos de las fincas por donde años antes rozaban los ejes de los carromatos en las estrechas calles gaditanas.
Cádiz, asaltada innumerables veces a lo largo de su historia, hizo acopio de cañones rescatados de naufragios, que reutilizó posicionándolos en las esquinas de las vías.