Iglesia de San Lorenzo Mártir

La construcción de la Iglesia de San Lorenzo Mártir, en 1722, se debió al mecenazgo del obispo Lorenzo Armengual de la Monta, quien tenía la intención de dotar al barrio de la Viña con el apoyo de la parroquia.

La iglesia tiene una estructura de planta de cruz latina, de una sola nave y una cruz poco pronunciada. La nave está dividida en cuatro tramos, separados por pilares dóricos que flanquean las estancias redondas decoradas, que permiten la entrada a las distintas capillas, organizadas en los muros laterales. Cada tramo de la nave está cubierto por una bóveda de cañón con aberturas que permiten la entrada de luz al templo.

La fachada principal tiene líneas sencillas, que centran su interés arquitectónico en la fachada. A la derecha hay un panel de cerámica con imágenes de la Cofradía de Afligidos, una obra muy delicada que sigue la técnica de la cuerda seca, realizada en 1927 por Ruiz de Luna. Junto a ella hay una hornacina con la imagen de la Virgen de los Dolores. Obra realizada por José Montes de Oca, en 1729. En una de las esquinas se alza la torre sobre un banco, de planta octogonal y rematada por un chapitel revestido de azulejos sevillanos del siglo XVIII.

En el interior destaca el retablo mayor, en madera dorada como el resto de los presentes en este templo y está considerado entre los retablos más exitosos del barroco gaditano del siglo XVIII, obra de Francisco López en 1727. El cuerpo central presenta la imagen de la Virgen del Pilar y San Lorenzo, escultura policromada del siglo XVIII. El ático lo ocupa el grupo escultórico de la Trinidad, de inspiración genovesa.

Por su importancia artística, en el interior de la iglesia destacan las capillas del Pilar y la de la Venerable Orden Tercera de Servitas, con importantes piezas y esculturas del siglo XVIII.