Desde principios del siglo XVII existen vestigios de locales permanentes, destinados a la actividad teatral de la ciudad. Durante el siglo siguiente, al menos tres edificios se utilizaron para representar el arte dramático, la comedia y las óperas españolas en francés e italiano. A principios del siglo XIX, en el terreno donde se ubica el Gran Teatro Falla, mientras la ciudad estaba ocupada por los franceses, se construyó el Teatro San Fernando, posteriormente destruido por un incendio.